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martes, 7 de octubre de 2014

Solo es un perro

Excalibur solo era un perro, como cualquier otro, dormía, comía y jugaba, pero sobretodo daba cariño y amor a sus compañeros de la vida, Teresa y Javier. Cuando se quedaba solo en casa, esperaba pacientemente tras la puerta sentado en el umbral, tumbado, por que sus doce años ya pesaban en su espalda, a pesar de ello, guardaba la compostura con pose erguida, para recibir a sus amos, al oír como las llaves se movían al otro lado de la puerta su pequeño cuerpo se llenaba de impaciencia, agitaba la cola y jadeaba llenado por la emoción. excalibur se sentía seguro y feliz bajo el cobijo de su pequeña familia.

cierto día notó que algo no iba bien, lo vió la cara de Teresa, Javier andaba nervioso en la casa, apresurado, se le calleron las llaves, Excalibur bailaba entre las piernas de Javier, preguntándose que estaba pasando. Teresa y Javier se fueron sin apenas despedirse, un sonoro portazo fue su adiós, con sus patas rascaba la puerta y ladraba extrañado y añorando, pero no recibía respuesta del otro lado de la entrada.

Javier, le había dejado abundante agua y comida como nunca, parecía una ocasión excepcional, la situación era extraña y apenas comió, sentía que algo pasaba, pero no sabía que su dueña estaba enferma ¿Cómo podía saberlo si solo era un perro? Las horas pasaban y sus dueños no llegaban, el tiempo pesaba y sus ojos se humedecían, deseaba tumbarse junto a Teresa para darle su regalo más preciado, su compañía, quería volver a ver a Luis para recibirle entre saltos y ponerse panza arriba mientras pasaba su mano por su lomo. Excalibur no sabía la trágica decisión que se había tomado al otro lado de la ciudad.

la imagen de Excalibur inundó las redes sociales, en aquel momento. Teresa sufría una enfermedad que él desconocía, una enfermedad contagiosa. Excalibur se sentía bien, algo preocupado por la ausencia de sus amos, pero lleno de vitalidad, reservando energías para el recibimiento. Excalibur era ajeno a la sentencia de muerte  que un hombre de traje había tomado, alguien que no le conocía, que no se molestaría en hacerle ninguna prueba y que no iba a darle la oportunidad de despedirse de sus amigos. Javier se movilizó, pidió ayuda y luchó por su amigo. excalibur se extrañó al ver tanta gente desde su balcón, en la calle veía a personas protestar, parecían enfadados, él no sabía por que, ¿cómo lo iba a saber si solo era un perro? Ignoraba que era él, el protagonista, la causa y el símbolo, de una masa indignada.


Después de horas y horas de espera eterna, Excalibur escuchó el tintineo de las llaves tras la puerta, su pesar se tornó alegría, la puerta se abrió enseguida. Excalibur pronto reculó, se extrañó de la manera en que iban vestidas esas personas, cubiertos de plástico de arriba a abajo y sin la posibilidad de reconocer ningún rostro por algo extraño que no había visto nunca. Se asustó y ladró, alguien le cogió y le acarició para que se tranquilizara,  no era el calor de una mano desnuda, era algo más frío. Excalibur no se resistió, entró obediente en el interior de un habitáculo cubierto, através del plástico se quedó observando el portal de su hogar mientras se alejaba, manteniendo la ilusión de volverse a reunir con Teresa y Luis.

jueves, 28 de agosto de 2014

Top 10: Los más malos de la historia 2/2

Un faraón, un príncipe transilvano, dos emperadores romanos y un inquisidor, es hasta ahora lo que hemos visto en esta peculiar lista que completaremos a continuación.



5. Rodrigo Borgia ( 1431-1503)

Los Corleone de Mario Puzzo, no hubieran tenido nada que hacer contra los Borgia, Rodrigo fue el patriarca de esta ambiciosa familia, el español consiguió convertirse en Papa, portando el nombre de Alejandro IV. Roma vivió bajo su pontificado conspiraciones, asesinatos, escándalos, donde el incesto estaba a la orden del día, era capaz de todo por mantener su creciente poder, junto a sus hijos César y Lucrecia. Se cree que murió envenenado.




4.Enrique VIII (1491-1547)


Este rey no fue precisamente el modelo de Hugo Bosh que nos vendieron en la serie "Los Tudor",  pero si fue conocido por sus amoríos y por todo lo que hizo por la pasión que sentía hacia las mujeres de su vida. Rompió relaciones con la Santa sede debido a su deseo de divorcio con Catalina de Aragón, fundó su propia iglesia para así poder casarse con Ana Bolena, desposeyó de riquezas a todo aquel que estuviera en su contra, pero lo peor estaba por llegar. Ana Bolena fue decapitada acusada de incesto y adulterio, a partir de ahí, las futuras mujeres del rey sufrieron suertes dispares .





3. Maximilien Robespierre (1758-1794)

Abogado de profesión, fue uno de los protagonistas de la revolución francesa. Se hizo con el poder durante el gobierno jacobino, iniciando un periodo conocido como el terror jacobino, durante su gobierno miles de personas pasaron por la guillotina, con la idea de perpetuarse en el poder empezó a eliminar a sus rivales políticos, incluso a sus aliados, una simple acusación de antirevolucionario le bastaba para sentenciar a muerte a alguien. Murió guillotinado, después de un golpe de estado que le arrebató el poder.





2. Adolf Hitler (1889-1945)


El fascismo tubo muchas caras como con Musolini y Franco, pero fue con Hitler donde se traspasaron todos los límites pensados. Fue capaz de quemar el parlamento y echar la culpa a los comunistas, una vez en el poder sustituyó a todos los funcionarios que no simpatizaran con la ideología Nazi, creo la gestapo , una policía encargada de controlar a la población, rompió una y otra vez el tratado de Versalles hasta que inició la guerra. La supremacía de la raza aria marcó su discurso político,  para él, las penurias del país eran culpa de los países aliados que ganaron la guerra y de los judíos, estos últimos sufrieron las consecuencias ideológicas de su dictadura, despojados de sus riquezas y deportados a campos de concentración, donde realizarían trabajos forzados y morirían por la bala de un oficial que le apeteciera "divertirse" o sistemáticamente por las cámaras de gas. se suicidó en su bunker, antes de poder ser castigado 









1.Iósif Stalin (1878-1953)            

Secretario del partido comunista, se perpetuó en el poder tras la muerte de Lenin. la población soviética sufrió, recolecciones forzosas, expropiación de tierras... Aunque eso era mejor que morir o peor aún, ser deportado a Siberia. Stalin dejó miles de muertes a sus espaldas, tras su muerte el régimen se emblandeció.

                             



Top 10: los más malos de la historia 1/2

A continuación vamos a pasar a presentar los que, a opinión de este humilde servidor, son los hombres a los que nadie querría tener como enemigo en la historia de la humanidad. espero que el lector disfrute con la lista de "azañas" que estos diez hombres hicieron en tiempos dispares.


10. KEOPS (2579-2556 A.C)

¿Quién no ha soñado en visitar, o a visitado las pirámides de Guiza?  Keops fue el faraón, de la cuarta dinastía egipcia, que le dio nombre a su pirámide. La de Keops no fue la primera pirámide, pero innovó en la elaboración de la piedra, se utilizaron millones de bloques de piedra, de un peso aproximado de dos toneladas, algo improbable para la tecnología de la época. Se dice que para recaudar fondos en la construcción prostituió a su propia hija, las fuentes escritas hablan de él como un tirano. Las fuentes no detallan nada más sobre su tiranía, pero es de suponer que para una construcción tan mastodóntica, forzó a los trabajadores, que no esclavos, para finalizar el trabajo de su pirámide.



9.Calígula ( 12- 41 D.C)

Cayo Julio César Augusto Germánico, más conocido como Calígula, fue un emperador romano conocido por sus extravagancias, sus excentricidades y su crueldad. Vivió escándalos sexuales, sonoras orgías, incestos con sus hermanas, incluso las obligó a prostituirse. No dudó en asesinar a cualquier amenaza política, o cualquiera del que sospechara que pudiera suponer una amenaza en el futuro. artos de su actitud, una conspiración orquestada por el senado acabó con su vida, asesinándole a la edad de 28 años





8.Nerón (37- 68 D.C)

Y seguimos en Roma, la lista de atrocidades de este emperador es extensa, para afianzarse en el poder hizo numerosas condenas de muerte, incluidas las de su hermanastro y la de su propia madre. Perseguidor de los cristianos, ofreciéndoles en diversión a su pueblo en los mortales circos romanos. Se dice también que el fue el causante del gran incendio que arraso Roma en el año 64. D.C. Mientras la ciudad ardía, el componía con su lira, algunas fuentes apuntan a que quería destruir Roma, para reconstruirla a su gusto. Después de la catástrofe, que arrasó Roma, su popularidad estaba más baja que nunca, culpó a los cristianos de provocar el incendio. Nerón se consideraba un artista, ofrecía recitales a su pueblo cantando con su lira. Se suicidó después de huir de Roma, al ser declarado enemigo del imperio.



7.Vlad Tepes ( 1431-1476)


Vlad Draculea, nacido en Transilvania, quizás su apellido y su lugar natal llamen a más de uno la atención, lo cierto es que el escritor, Bram Stoker, se inspiró en este príncipe para crear a su personaje más mítico, Dracula. Pero Dracula se queda a la altura de un mogganillo comparado con el germen que le dio forma, Vlad se ganó a pulso su apodo del empalador. Así llenó los campos de su reino, gente no grata a la que ajustició con la sufrida técnica del empalamiento donde la víctima podía tardar hasta tres días en morir, mientras una estaca perforaba poco a poco sus órganos vitales. También se le conoce por su "solidaridad", solía organizar banquetes exclusivo para pobres, ladrones, mendigos... que frecuentaban las calles de sus dominios, después de saciar su ámbre Có manjares y saciar su sed, cerraba las puertas del lugar con los comensales dentro, y   prendía fuego a la estancia sin dejar a nadie con vida. Tal era el temor que le tenía su pueblo, que durante años dejo una copa de oro en una fuente, que nadie nunca osó robar. Murió en batalla frente al ejército otomano, a día de hoy es considerado héroe nacional en Rumanía.





6.Tomás de Torquemada (1420-1498)

Confesor de la reina Isabel la católica y fundador de la inquisición, siendo el primer inquisidor, institución que perseguía a todo aquel que cometiera crímenes contra la fe. Judíos, herejes, brujas...Todos ellos eran víctimas de infinidad de torturas para obtener una confesión que les llevaría a la muerte. La hoguera era su sentencia favorita, puesto que el fuego, purificaba el alma.




Continuará...

lunes, 25 de agosto de 2014

Top 10: Mujeres que hicieron história 2/2

continuamos la lista con mujeres que hicieron história, el orden no es arbitrario, y no gustará a todos, cada historia es incomparable con otra y sólo el lector en su reflexión le dará el lugar que le corresponde a cada una de estas mujeres.

5. Ana Bolena (1501-1536) 

inconscientemente, la ambición de Ana Bolena desencadenó una serie de sucesos que agitarían la sociedad de la época del s. XVI. Enrique VIII posó sus ojos sobre la joven Ana, el problema es que el rey estaba casado con Catalina de Aragón. El rey exigió el divorcio con su esposa española para poder casarse con Ana, dicho suceso tensó las relaciones entre España e Inglaterra y con la Santa sede que no aceptaba dicho divorcio, ante la negativa del papa, Enrique cortó su relación con Roma, y fundó su propia iglesia, donde el rey era el principal representante de dios en la tierra. Así los enamorados pudieron casarse y vivir felices... no para siempre, el rey esperaba un hijo varón que nunca llegó, nació Isabel I, la futura monarca, pero Ana fue perdiendo poco a poco el favor del rey. Ana acabó decapitada, acusada de adulterio e incesto, el rey no tardaría poco tiempo después en llenar el hueco que la joven había dejado vacío en su corazón.



4. María Antonieta (1770-1793)

"Si no tienen pan que coman pasteles",  una de las célebres frases puestas en boca de la reina de Francia, María Antonieta es otro célebre caso de como cambiar la historia inconscientemente, las excentricidades y excesos en la corte de la austriaca se hicieron eco entre el pueblo francés que estaba muriendo de hambre, la burguesía del país incitó al pueblo mísero al estallido de la revolución de 1789. Los acontecimientos significaron el fin deo estado estamental y el inicio de una nueva era, la historia del mundo cambió para siempre y ya no hubo vuelta atrás. La reina pudo ver el inicio de la revolución, de reina en un país extranjero pasó a ser prisionera para luego morir guillotinada, esperando la salvación por parte de su añorada Austria.


3.Juana de Arco (1412-1431)

Locura, suerte, misticismo, se abren muchos debates sobre la figura de la joven juana, nacida en el seno de una familia humilde en 1419, pero lo cierto es que su entrada en escena durante la guerra de los cien años entre Francia e Inglaterra cambió el curso de la contienda a favor de los galos, liberó al ejército Francés del asedio de Orleans, a partir de ahí Francia vivió una serie de victorias en sus campañas, casualidad o no, la suerte del ejército francés fue acompañada de la mano de la suerte de la joven. Fue capturada en 1430 y sentenciada a la hoguera por brujería, pena que cumplió en 1431 a los 19 años de edad.



2. Hipatia de Alejandría (350-415)

Si hablamos de mujer adelantada a su tiempo esa es sin duda Hipatia, nació en Alejandría aproximadamente en el 350 D.C. Fue una filósofa que destacó en los planos de la matemática y la astrología, se adelantó a afirmar que la tierra era un astro que giraba alrededor del sol dibujando una elíptica. Murió en el 415 D.C acusada de paganismo por los cristianos que en aquel momento gozaban del favor del emperador. Fue linchado y su cuerpo desnudo fue arrastrado por las calles de la ciudad.



1.Isabel la católica (1451-1504)

Nació en 1451. La unión entre Isabel de Castilla y Fernando II de Aragón dio lugar a una de las alianzas más fructíferas de la historia, construyendo los cimientos de la España moderna. La palabra de la reina valía tanto como la del rey, así, la reina católica apoyó a Cristóbal Colón financiando la empresa que le llevaría a realizar el descubrimiento más grande en la historia de la humanidad, en 1492 se descubrió América, el mismo año en el que el reino de España conquistó Granada. Murió en el 1504 a la edad de 53 años.










Top diez: Mujeres que hicieron história 1/2

Durante siglos la mujer vivió desde un segundo plano los acontecimientos que acabaron escribiendo la historia de la humanidad, afortunadamente la tendencia en los últimos años a cambiado y las mujeres tienen un papel más relevante en la sociedad. En un mundo dominado por hombres, hubo mujeres que rompieron con las reglas establecidas adelantándose a su tiempo, algunas cambiaron el mundo inconscientemente, otras por vocación u oficio, y otras pagaron su valentía con su vida, seguramente habrá mujeres tan importantes como las nombradas en la siguiente lista que no aparecen, pido disculpas de antemano, aquí empieza el top 10 de las mujeres que hicieron história.

10. Cleopatra VII ( 69 A.C- 30 A.C)

Cuando a alguien se le pregunta el nombre de una reina egipcia el primer nombre que viene a la mente es el de Cleopatra. Se ha escrito y dicho mucho sobre la faraona, incluso se convirtió en un icono cultural gracias al cine. Cleopatra supo ganarse el favor del hombre más poderoso de Roma, Cayo Julio César, en una época convulsa en la historia de Egipto, ya que Cleopatra se disputaba el poder del país con su hermano y esposo,  Tholomeo XIV. Se dice de ella que su belleza no tenía parangón, sólo superada por su inteligencia.  Tras la muerte de Cesar conquistó el corazón de Marco Antonio, su vida estuvo marcada por conspiraciones, y por la locura de los hombres que sucumbieron a sus pies. Cuando el hechizo de su belleza no surgió efecto, y antes de verse prisionera del imperio, decidió quitarse la vida, las fuentes más fiables hablan de que se hizo servir de la mordida de una cobra para suicidarse.



9. Marie Curie (1867-1934)

Nació en 1867 en Varsovia. María Salomea adoptó el apellido de su esposo, el físico Pierre Curie. junto a su marido Marie ganó el premio Novel, siendo la primera mujer en obtener tal galardón, debido a sus investigaciones sobre la aplicación de la radiación en la medicina, además de muchos más descubrimientos relacionados con la radiación.  La felicidad en la vida de Marie no duró mucho, su esposo murió debido a un trágico accidente de carruaje.  después del suceso Marie prosiguió con sus investigaciones en solitario. Volvió a ganar el premio Nobel debido al descubrimiento de dos nuevos elementos, el polonio y el radio y al aislamiento de la radiación. después de quedarse ciega, murió, sus restos descansan hoy junto a los de su esposo en el panteón de París.






8. Grace Kelly (1929-1982)

Fue la rubia favorita del director de cine Alfred Hithcock. Ante la belleza de la actriz sucumbió el mismísimo príncipe Rainiero de Mónaco. Antes de la llegada de la actriz al trono del principado, Mónaco se encontraba endeudado y sin fondos, y corría el reino de ser absorbido por Francia, tras la boda de Rainiero y la actriz, Mónaco se convirtió poco a poco en lo que hoy día conocemos como uno de los lugares más lujosos del mundo, realizando una transformación radical, la actriz atrajo a celebridades de Hollywood y al turismo de lujo. Se construyeron casinos y los puertos se llenaron de embarcaciones ostentosas. Esta hija de plebeyos y madre de nobles vivió su cuento de hadas partícular, hasta su muerte en un accidente de coche, donde la leyenda negra dice que conducía su hija, menor de edad.








7. Manuela Malasaña (1791-1808)

Leyenda o verdad a día de hoy, las circunstancias de su muerte son discutidas, algunas fuentes apuntan a que fue violada y asesinada por soldados franceses durante la ocupación gala en España otras fuentes apuntan a que luchó junto a su padre durante la revuelta del del 2 de mayo de 1808 siendo una de las víctimas civiles de la jornada. El echo es, que su muerte inspiró a los revolucionarios españoles, que alzaron las armas ante la ocupación francesa, sin temor ante el poderoso ejército de Napoleón.




6.Indira Ghandi (1917-1984) 

Alcanzó las altas esferas de la política India gracias a su carisma, apoyó la descolonización de países como Pakistán,  alcanzó la presidencia de su país industrializándolo, mostró una actitud siempre activa para convertir la antigua colonia británica en un país competitivo, se convirtió en una de las mujeres más poderosas del planeta. Murió en 1984 asesinada a manos de sus guardaespaldas.




continuará...










miércoles, 30 de julio de 2014

Crónica de una venganza

       Rinan, que acababa  de cumplir los doce años,  entró en su modesta morada, junto a su hermano pequeño, Temer. Abrieron la puerta despacio, como ladrones en la noche, parando ante el más mínimo crujido de la madera, y reanudado la apertura de la vivienda, una vez comprovaban que su padre no se había alertado. Rinan y su hermano habían pasado toda la tarde jugando a fútbol con un viejo balón de cuero junto a otros niños, jugaron hasta que la luz del sol les abandonó, por eso estaba entrando a hurtadillas en su propia casa, la diversión y exitación les hizo perder la noción del tiempo, y se había echo demasiado tarde. El niño esperaba la reprimenda de su padre tras la puerta, pero no fue así.

El pequeño Rinan se percató de una discusión que estaba aconteciendo en una de las habitaciones de la casa, entregó el balón de cuero a su hermano y se decidió a acercarse por ver lo que sucedía. Tenía claro que la voz era la de su padre, un hombre estricto en la educación de sus hijos, pero de buen corazón. El niño se encontró frente a una puerta entrecerrada, se decidió a contemplar la escena a través de una fina apertura.
—No quiero volver oír hablar de esas cosas, no bajo el techo de esta casa.
—!Eres un cobarde¡— Rían se dió cuenta que la otra persona era su hermano mayor, Hanin.

El padre respondió a la ofensa con una sonora bofetada sobre la mejilla de su hijo. Hanin, que ya había cumplido diecinueve años, miraba airado a su padre mientras frotaba su mejilla enrojecida.
—Nosotros no somos así Hanin, no quiero verte más con esa gente– el padre parecía proseguir en un tono más conciliador,— siempre he querido lo mejor para ti y para tus hermanos, que seáis hombres fuentes, bondadosos y buenos padres de vuestros hijos.
—¿Qué futuro tienen nuestros hijos cuando esas ratas los matan en las Calles?— replicó Hanin.
—Hamas no es la solución, no traerá la paz, sólo más muerte— el padre siguió resignado con la mirada baja— quiero a mi familia fuera de todo esto, por eso no quiero que vuelvas ha andar con esa gente

Hanin intentó replicar, pero el padre se dispuso a abandonar la habitación. Al abrir la puerta, el padre se encontró frente a frente con el curioso Rinan, el niño cerró los ojos esperando una reprimenda, en vez de ello recibió una caricia en el pelo. sin decir nada, el padre se marchó por el pasillo, con semblante pensante, encorvado, como si cargara un peso, que Rinan no podía ver ni entender, sobre sus hombros.

Al día siguiente, los niños se volvieron a reunir en la calle, los rostros de los pequeños se iluminaron al ver llegar a Rinan con su maltrecho balón de cuero en las manos. su hermano, Temer, no salió a jugar aquel día, se encontraba algo congestionado y su madre le impidió salir de casa. El juego empezó, todo iba bien, sería un día más, Rinan intentaba controlar el tiempo, pero sabía que de nuevo volvería tarde a su casa. Pero aquel día no regreso a casa, ninguno de los niños lo hizo, los bombardeos israelíes silenciaron las risas y la euforia de Rinan y sus amigos.

Temer contempló como su padre caía abatido al suelo, golpeando con rabia, gritando y maldiciendo. Hanin intentaba consolar a su madre. En medio de la humareda los lamentos de las mujeres sacudían el aire, a pesar de los gritos de dolor, el desolado paisaje estaba impregnado de una atmósfera de silencio.

La percepción del mundo de Tamir cambió por completo aquel día, no sólo había perdido a su hermano, sino también a la práctica totalidad de sus amigos. Israel le arrebató su niñez y quebró su fe.

Pasaron los años, el niño se hizo hombre en Tamir. A pesar del esfuerzo de su padre por llevarle por otro sendero diferente del de la venganza, él escogió seguir a su hermano Hanin. cargaba su arma mientras recordaba lo que un día le dijo su padre, que a pesar del dolor por la pérdida de su hijo, siguió con el mismo discurso pacifista: "esta guerra nunca acabará, todo el mundo obtendrá su venganza, pero por otro lado, los dos bandos siempre tendrán a alguien a quien vengar, así será como poco a poco nuestros hijos se ahogarán en ríos de sangre. Así fue durante muchos años, el terrorismo de Hamas acababa con unqs pocas vidas, Israel respondía con misiles sobre la población civil de Palestina, los israelitas tenían la creencia de que podrían matar a un grupo de moscas a cañonazos, sin importarles los daños colaterales

Frente a Tamir, tres jóvenes israelíes esperaban de rodillas la bala que les arrebataría la vida, en un inhóspito paraje, les disparó sabiendo ciertamente que algún día alguien vengaría a sus víctimas.





domingo, 15 de junio de 2014

Vencer o morir: Final

El partido contra Austria se resolvió con un temprano gol de Guaita, a partir de ahí defendimos el resultado como gladiadores, así sólo quedaba una piedra en el camino, Checoslovaquia, que había vencido contundentemente a Alemania con tres goles de Nejedly, este jugador estaba realizando un buen campeonato, con sus cinco goles en el campeonato era un peligro constante para cualquier área  rival, sabía de él por que era una pieza importante en su club, el Sparta de Praga.

Mis compañeros estaban eufóricos en el vestuario antes de disputar la gran final de aquel diez de Junio de 1934. El entrenador y yo intercambiamos serias miradas cuando alguien nos sacó de nuestro limbo tocando a la puerta. Pozzo abrió la puerta, un soldado sin decir nada le entregó un telegrama. El entrenador cerró la puerta a la vez que pidió silencio a sus jugadores antes de leer el mensaje, todos obedecieron, sólo algún murmullo cortaba el silencio, mientras el entrenador leía el telegrama en voz inaudible, la transformación en la expresión de Pozzo hacia que la tensión creciera y que nos asfixiara en aquellas cuatro paredes. El entrenador tiró con rabia el telegrama al suelo, Ferrari preguntó inquieto qué pasaba, todos se preguntaban cual era el contenido de aquel mensaje. Recogí el papel del suelo, era un mensaje directo de Benito Mussolini, aquel mensaje sólo contenía una frase, tres palabras, pero que eran suficientes para derrumbar una vida, "Vencer o morir", aquel era el contenido del mensaje, aquel era todo el apoyo de nuestro máximo dirigente, un mensaje teñido de muerte que petrificó a todos, "Vencer o morir". La alegría que unos minutos atrás llenaba el vestuario desapareció, los jugadores se miraban atónitos, el entrenador, al fin, decidió hablar.
-Me da igual como ganen hoy, pero deben ganar, no me valen las excusas ni los lamentos, ellos no son mejores que nosotros, nosotros tenemos algo más por lo que luchar. Piensen en sus familias, en sus hijos, sus padres, piensen en todo lo que pueden perder, piensen en que esos once hombres que encontrarán ahí fuera son lo único que se interponen entre todo lo que aman y ustedes. Hagan todo lo posible por sobrevivir hoy, jueguen sucio si es necesario, al fin y al cabo, la supervivencia trata de eso.

Las palabras de Pozzo sirvieron para salir fortalecidos al tapiz verde del estadio nacional fascista de Roma, los himnos sonaron, Mussolini saludaba a la multitud concentrada en el estadio, vislumbré temor en la cara del árbitro que poseía el balón en su mano, el esférico no tardaría en rodar en cuando el colegial se echo el silbato a la boca. Fue una primera parte igualada, pero a mis compañeros y a mí nos faltaba algo, quizás alegría, o quizás nuestras piernas no respondieran por el miedo. La primera parte finalizó, en un partido aburrido para el espectador, concentramos nuestra estrategia en la defensa por temor a que nuestra portería fuera perforada, por parte de los checos, su estrella, Nejedly, apenas pudo brillar.

Dio comienzo la segunda parte, el ataque de Checoslovaquia era más agresivo, estaban dispuestos a acabar con nosotros, y así fue, a catorce minutos del final marcaron, los ojos de nuestro portero, Combi, se humedecieron, pedía perdón a todos, no había nada que perdonar, intentamos animar al guardameta como pudimos, me quedé con los brazos en jarra y dirigí mi vista al palco, no percibí emoción en el semblante de Mussolini, no había ira, no había enfado, no había nada, le miré como sí fuera un emperador en un circo romano, buscando su aprobación, o esperando que se manifestara con el pulgar abajo.

Les recordé las palabras del entrenador a todos, ellos no eran mejores que nosotros, teníamos mucho por lo que luchar, nos conjuramos por un único objetivo, vivir. Marcamos en el ochenta y uno con gol de Orsi, nuestro delantero, Shiavio, marcó cinco minutos después de que finalizara el tiempo reglamentario, los Checos protestaron por el excesivo tiempo añadido a un árbitro con la mirada aliviada después de nuestro gol. Celebramos con furia la victoria, nos abrazamos y lloramos juntos, manteamos a Pozzi que volvía a reír después de muchos días de angustia.



Cuatro años después,  repetimos la hazaña en el mundial de Francia, de nuevo bajo las presiones y las amenazas del régimen, éramos  mucho más fuertes. Recuerdo la final contra Hungría, ganamos cuatro a dos, el portero Húngaro sonreía al finalizar el partido, jamás vi a alguien sonreír después de encajar cuatro goles, quizás supiera a que nos exponíamos sí perdíamos. Un año después estallo la guerra que arraso Europa, dejando a su paso, muerte, hambre y miseria, los horrores bélicos, jamás vistos, que dejó aquella guerra relegaron nuestra historia a un segundo plano, todos olvidaron nuestra hazaña. Para nosotros la guerra empezó mucho antes, cuando éramos mucho más que jugadores jugando por honor o diversión, cuando éramos gladiadores que luchaban en la arena por su vida, éramos soldados que nunca dispararon un fusil, nuestras armas eran nuestras piernas, y nuestra bala sólo una, una pelota que decidiría nuestros destinos para siempre.

sábado, 14 de junio de 2014

Vencer o morir II: Algo más que un partido.

La victoria contra Estados Unidos fue contundente, siete a uno. Cuando marqué el séptimo gol en el minuto ochenta y nueve, miré hacia el banquillo buscando la aprobación del seleccionador, pero la mirada de Pozzo seguía perdida, como si su mente estuviera en otro lugar, cuando se dio cuenta de que le estaba mirando, Pozzo volvió en sí y me respondió con un titubeante gesto de aprobación. Me marché preocupado hacia el vestuario cuando abandoné el terreno de juego,  Combi, el portero de la selección también se dio cuenta, me preguntó que le pasaba, le respondí encogiéndome de hombros.

El siguiente partido iba a ser más que un partido, la república de España había derrotado a Brasil en Genova, gracias en parte a las soberbias paradas de su portero, Ricardo Zamora, sin duda, un muro difícil de derribar. Nos dirigimos a Florencia para hacerles frente. Se decía que para el Dulce aquello era más que un partido, era una batalla ideológica. Para Musolini todos los males del país fueron a causa de la democracia, democracia de la que España gozaba desde hace un par de años, algunos mandos del ejército nos hicieron saber de camino al estadio que era una obligación moral ganar a España.

El día del partido llegó, los españoles ondeaban con orgullo su bandera roja, gualda y morada. Nosotros estábamos confiados, jugábamos en casa, no teníamos miedo a nada. Pozzo sólo dio una consigna clara, avasallar la portería de Zamora, y así lo hicimos, al menos hasta el gol del español Regueiro en el minuto treinta, sin duda un jarro de agua fría para nuestras aspiraciones. El silencio envolvió el estadio mientras ellos celebraban su gol, mientras yo eché una mirada al banquillo donde no hayé aspamiento alguno de Pozzo, mas me pareció vislumbrar terror en su rostro. El partido siguió, no bajamos los brazos y el orgullo hizo que en el  cuarenta y cuatro Ferrari marcara el gol del empate. El marcador no se movió el resto del partido, lo que significaba que al día siguiente debíamos disputar el partido de desempate contra el mismo equipo.

El ánimo de Pozzo era algo más que preocupante, decidí dar un paso adelante y preguntar al seleccionador que le reconcomía, esperé a que mis compañeros abandonarán el vestuario para abordarle, fui directo, aquel semblante no era el de alguien que temía perder, empatar o ganar un partido, era algo más, tras insistir e insistir ante las negativas de Pozzo al fin me lo contó, me hizo jurar que no le contaría nada a mis compañeros. Pozzo me hizo saber que partido a partido los componentes del equipo nos jugábamos algo más que el prestigio y el honor, me hizo saber que Benito Mussolini, quería que la selección nacional ganara el campeonato a toda costa, quería utilizar este deporte para dar prestigio a su régimen, en tiempos tan precarios como los vividos en los últimos años,  el fútbol era  una vía de escape para los ciudadanos. Lo que le dijo el soldado al entrenador aquella tarde del primer partido es, que debíamos ganar, de lo contrario seríamos castigados, no específico el tipo de castigo, pero tras las muertes y las torturas bajo el régimen del Dulce algo podía imaginarme. Vi un atisbo de alivio cuando Pozzo me confesó su secreto, como sí se hubiera desprendido de un peso al compartir la carga con migo, el entrenador no quería contarle nada a los jugadores para evitarles la presión, y es que cuando uno de juega algo más que el prestigio, cuando uno se juega la piel, la situación de euforia se desvanece.

Al día siguiente sentí aquella presión en el túnel de vestuario antes del partido de desempate, antes de salir a la batalla vomité, mi estómago era un nudo que apretaba en lo más hondo de mis entrañas. Monti y Ferrari se dieron cuenta del estado en el que me amparaba, me excusé en seguida diciendo que era alguna comida que me había sentado mal. Me adentré al terreno de juego dispuesto a dejar en el hasta la última gota de sudor y sangre, estaba dispuesto hacer cualquier cosa por ganar cualquier partido, incluso destruirlos si hiciera falta. Fui el que jugó con más intensidad los primeros minutos de aquel encuentro, en el minuto once llegó mi gol, mis compañeros lo celebraban eufóricos, pero a mí la euforia se me iba en cada latido de corazón. A partir de aquel momento cada minuto se hizo eterno, el tiempo no pasaba al intentar defender el resultado, intentamos ampliar el marcador, pero una y otra vez nuestros disparos se encontraban con las paradas de Zamora. El partido acabó y todos celebraron el pase a semifinales con entusiasmo, todos menos yo, que compartía la carga de Pozzo.




Estábamos a dos partidos de salvar el cuello, Austria, que el día anterior había ganado a Hungría, esperaba. Mis compañeros, ajenos a la gravedad del asunto lo celebraban, en cambio yo, durante los siguientes días fui un fantasma, que sólo pensaba en detener el tiempo antes de enfrentarme al desafío. Por primera vez en mi vida deje de disfrutar del fútbol, para mí ya no tenia sentido alguno.

viernes, 13 de junio de 2014

Vencer o morir I: Un orgullo para la nación.

 El país entero estaba en un estado de júbilo que no se recordaba en años, la Italia de finales de Mayo de 1934 era una fiesta que dejaba en un paréntesis los años de la dictadura de Musolini, pero la realidad es que todo era un espejismo, el mundial era una máscara que cubría el rostro ensombrecido de nuestra Italia. Quizás nadie entienda qué es el fútbol para mí, en estos tiempos una manera de huir de la realidad, algo que mis compañeros y yo disfrutamos, los entrenos y los partidos son una burbuja que nos guarda de la miseria que nos rodea, acabamos esxautos en el terreno de juego, para así no tener fuerzas para pensar en lo demás. No jugamos por defender una camiseta o una nación, jugamos por cada uno de nosotros, por nuestro propio orgullo y por que en el terreno de juego nos sentimos más libres de lo que nunca podamos ser, sólo dependemos de la decisión del colegial y de las reglas, pero nuestrs estrategias y nuestra entrega son sólo nuestras.

Me llamo Gioseppe Meazza, no soy supersticioso, mi dorsal es el trece, defiende la camiseta de mi equipo, el Inter de Milán como mejor sé, con goles. El seleccionador, Vittorio Pozzo daba las últimas instrucciones en el vestuario mientras miraba a mis compañeros que habían sido rivales en otros clubes, por dentro sentía frustración por no poder enfrentarme a Uruguay, la única campeona del mundo hace cuatro años, Mussolini había movido sus hilos para que el mundial se celebrara en Italia y Uruguay sabía de ello, por eso declinó la invitación a participar en la competición y se negó a defender su título. Nuestro rival en la eliminatoria era Estados Unidos, un país con poca cultura futbolística, pensaban que un balón de fútbol tenía forma de melón.

Un soldado interrumpió la charla del entrenador sin llamar a la puerta, nos miró a todos con una sonrisa maliciosa, durante unos instantes aguantó mi mirada desafiante, nos dijo que era la hora de salir al campo, salí tras Angelo Shiavio que miró con cara de pocos amigos a aquel soldado. Antes de que el entrenador saliera tras nosotros del vestuario el guardia le ordenó detenerse. Seguimos avanzando por el túnel de vestuario junto a los jugadores estadounidenses hasta salir al terreno de juego. Una rara sensación recorría mi espalda, no sabía sí me dirigía hacia el inicio de un partido de fútbol o hacia un enfrentamiento contra leones, como en las historias que escuche sobre los romanos y sus juegos. La gente aclamó nuestra entrada al campo en un grito unánime y ensordecedor.

Estrechamos las manos de nuestros rivales y se inició el himno fascista, todo el mundo alzó la mano derecha en alto bajo la atenta mirada del Dulce, que se encontraba en el palco y los soldados colocados estratégicamente en el estadio. Mientras cantaba el himno con la mano en alto vi salir del túnel al seleccionador Pozzo con la cara desencajada y la mirada perdida.


lunes, 9 de junio de 2014

La verdad en los mitos: Cristianismo o el arte del plagio.

De nuevo un tema que levanta ampollas, en este caso la religión cristiana, con el mérito de haber sobrevivido al paso del tiempo en los últimos dos milenios. De esta personal revisión tampoco se salvará el judaísmo. El lector más ofendido se preguntará por qué la palabra plagio está junto a cristianismo en el título de esta entrada, para responder está pregunta debemos realizar un viaje en tiempo, un viaje de cinco mil años donde las primeras civilizaciones conocidas empezaron a dejar grabadas para la posterioridad sus primeros pasos en este mundo de locos.

Entre el río Tigris y Eufrates hayamos nuestra primera parada, centrándonos en la región de Sumer. Las ciudades de dicha región, compartían una misma religión, quizás el desconocimiento de la ciencia obligara a dar una razón divina para explicar el paso del día y la noche, para explicar la importancia del agua, o para decir que aquel satélite que orbitaba al rededor de la tierra, la luna, era la diosa Nana. Quizás los nombres de los dioses An y ki no les suene a nadie. Pero sí cuento que los sumerios ya tenían la idea concedida de un paraíso del Edén ya os suene más, sí prosigo diciendo que el dios Enlil creo al hombre con la arcilla de su tierra diréis, "esta historia me suena mucho", quizás sea casualidad, o no, la religión sumeria también relata la creación de la mujer, a partir de la costilla del hombre, curiosamente "costilla" en la lengua aglutinante sumeria, significa crear. Pero aquí no acaba la cosa seguimos con los sumerios, la historia del diluvio, donde un hombre reunió a una pareja de animales de cada especie, y se embarcó con su arca para salvarse de la avalancha de agua, un mito parecido al del héroe Sumerio Gilgamesh y el diluvio. Conceptos de premio y castigo por las buenas o malas acciones, la idea del cielo y el infierno, demasiados paralelismo  entre el antiguo testamento y esta religión que hace cinco mil años colaba la vida ciudadana de los hombres.

Nos vamos ahora a Babilonia, concretamente al imperio paleobabilónico,en la época de máximo esplendor de la Babilonia amorita bajo el reinado de Hamurabi I. La iconografía relata como el dios Shamash, dios de la justicia, entrega al monarca las leyes que su pueblo debe seguir, estas leyes adquieren un carácter divino que la población acata sin rechistar, personalmente creo haber visto una historia parecida en el que el protagonista era un tal Moisés y el código eran dos tablas de la ley donde estaban grabados los diez mandamientos. Hoy en día en código de Hamurabi puede ser contemplado en el Louvre.

Lo cierto es que durante tres milenios, antes de la fundación del cristianismo, numerosas civilizaciones dominaron en algún momento Mesopotamia, los conquistadores tomaban los dioses autóctonos como suyos e inculcaban su propia religión y cultura en las ciudades conquistadas. Quizás el cristianismo sólo sea eso, una fusión de culturas que a sobrevivido al paso del tiempo.



Un cristianismo que ha resteuctirado sus dogmas infinidad de veces,  como en el concilio de Nicea, durante el mandato de Constantino en Roma, donde se estableció el dogma de la trinidad. Una religión que fue perseguida y posteriormente perseguidora, reformada infinidad de veces para satisfacer las inquietudes de sus fieles seguidores.

martes, 27 de mayo de 2014

El buen patriota VI: El destino de los traidores.

Mis días de descanso forzoso habían pasado, me incorporé a la agencia después de ser sometido a un examen psicológico, los loqueros incluso se sorprendieron por la entereza que demostré a pesar de los asesinatos que se habían producido en mi entorno. Todos me recibieron entusiasmados a mi llegada, el jefe Ford me dio ánimos, Damon se pegó a mi como un perro, todos estrechaban mi mano, incluido Norris el cual no sabía que descubrí  que había estado siguiéndome, me hablaba y bromeaba como sí nada hubiera pasado, yo le seguía la corriente, pero lo que no sabía ese hijo de puta es que iba a ir a por él.

La caza de brujas seguía en todas las esferas de la sociedad. Entre todos los casos que lleve a término había uno que debía resolver cuando antes, hacia tiempo que iba tras Norris, seguía sus pasos, aparentemente con una vida normal, sin emociones, una vida aburrida llena de rutina, era fácil predecir los movimientos del sudoroso Norris. El hombre no alertó en ningún momento mi presencia, Damon parecía preocupado por mi obsesión con nuestro compañero de la agencia, yo sabía que lo único que requería su caza era paciencia. Tarde o temprano todos cometemos errores.

Pasaron los meses sin resultados en el seguimiento a Norris, y menos aún en la caza del traidor de la agencia, el cual ponía en entre dicho la seguridad del país. La paciencia requerida había acabado y me reuní con el jefe Ford. Le expliqué que mi instinto apuntaba hacia Norris, que me diera un equipo de hombres para asaltar sus casa. Ford aceptó contrariado, parecía dubitativo, quizás lo que acabará por convencer al jefe fuera mi perseverancia.

Una mañana nublada, con el olor de lluvia en el aire, un grupo de tres hombres y yo irrumpimos armados en el jardín de Norris. Normalmente hubiéramos echado la puerta abajo de una patada, pero por cortesía, tratándose de un compañero, llamamos a la puerta. Nadie contestaba a nuestra llamada así que optamos por echar la puerta abajo. Nuestros pasos invadían la estancia vacía y los pasillos oscuros. Norris se encontraba en la ducha, al salir con su albornoz del cuarto de baño casi  se cae del susto. Le pedí que se cambiara de ropa mientras iniciábamos un registro en la casa, Norris respondió sin decir nada pero con los ojos encendidos en ira. El registro fue exhaustivo, parecía que nadie encontraba nada, pero yo estaba convencido de que encontraríamos algo. Envié a Damon al garaje, me paseaba por las habitaciones donde los hombres vaciaban cada armario y cada cajón, todos negaban con la cabeza mientras yo preguntaba si habían encontrado algo incriminatorio.

Damon vino corriendo desde el garaje, extasiado y jadeante. En una bolsa llevaba unos gemelos manchados de sangre con las iniciales "P" y "F", panfletos comunistas, y unos planos enrollados en la otra mano. Eso me bastó para ponerle las esposas a Norris que parecía incrédulo ante la situación.

Pronto averiguamos la procedencia de los gemelos ensangrentados, eran de Paul Fischer, el periodista asesinado junto a su amante, los planos, por su parte, rebelaban información detallada sobre  la situación de nuestros misiles antiaéreos en el país y la próxima implantación de los misiles Júpiter en el continente europeo. A mí me tocó la tarea de interrogar al traidor, quizás después de dos horas con migo confesara todo lo que tuviera que confesar.

Damon no había asistido a muchos interrogatorios, así que yo llevé la iniciativa en todo momento, en realidad Damon sólo hacía de espectador, cerraba los ojos cada vez que golpeaba a Norris con el dorso de mi mano o se estremecía cuando apagaba un cigarro en el brazo de Norris. El traidor no habló, no confesó una sola palabra, se podría decir que aguantó con dignidad, si no fuera por que se cagó y se meó encima. Norris acabó por reír entre llantos, la locura le había invadido, acabando con todas sus esperanzas, repetía una y otra vez que lo encontrado en su casa, las pruebas que le llevarían a la silla eléctrica no eran suyas ¿Qué podía decir aquel hombre, si sólo hay un destino para los traidores? En todo caso aún había una pregunta que no me había atrevido a formular y que él nunca me contestó. Quizás nunca supiera por que Norris seguía mis pasos.


domingo, 18 de mayo de 2014

El buen patriota V: La sombra del presidente.

Tres eran las muertes que se produjeron las últimas semanas, la muerte me rodeaba, mi viejo compañero Woodrow, el periodista Fischer y el hombre que era amante de este. En el aire quedaban muchas preguntas sin responder, el paradero de Mikael y aquel coche que me siguió el día que fui a visitar a Fischer. El jefe Ford decidió darme unos días de descanso debido a mi cercanía con las tres muertes, durante esos días me quede en casa, cuidando mi celoso jardín, leyendo algún libro y ayudando a Catherine. Seguía con mi vida normal de buen americano, sin dejar de dar ejemplo a mis vecinos. Una mañana de domingo recibí la inesperada visita de Damon, el joven torpe al que habían asignado como mi nuevo compañero, a regañadientes le invité a pasar en la casa.

Damon se golpeó en la pierna con la mesita del comedor, a veces no sabía si era así de tonto o de lo hacia, me pregunto como me sentía, a cada pregunta le respondía con monosílabos, no me gustaba abrirme a la gente, menos a alguien al que apenas conocía . Me empezó a contar su historia, me hablo sobre su familia, su niñez, su época en la marina. Damon quería que yo también le hablara sobre mi pasado, mis respuestas seguían siendo monosílabos. Catherine se encontraba en la cocina y le invitó a tomar un refresco, Catherine era cortés y afable con todo el mundo, era un rasgo que la caracterizaba, Damon accedió a la invitación. Damon salió al jardín con la excusa del buen día que hacia, echo un vistazo a la gran variedad de plantas que había en él, Miro el columpio de los niños, y el cemento puesto recientemente. Se dio cuenta de que había echo obras y se ofreció para alguna próxima vez que necesitara hacer alguna reforma en casa, dijo que el suelo no había quedado nivelado mientras caminaba alrededor de la superficie de cemento. La visita de Damon me empezaba a incomodar así que le invité sutilmente que se marchara, se marchó sin mucha insistencia por mi parte devolviendo la tranquilidad a mi hogar.

Al día siguiente debía verme con Sean Kidman. Kidman fue el hombre que facilitó mi entrada en la CIA, había sido uno de los asesores en el pasado de los ex presidentes Roosevelt, durante sus tres mandatos y luego de Truman. Con la vuelta al poder de los republicanos de la mano del nuevo presidente Eisenhower, Kidman se retiró. El ex asesor había mantenido enfrentamientos abiertos con personalidades partidarias de un ataque nuclear preventivo sobre la URRS, como el general MacArhur. Kidman se había citado conmigo en una cafetería del centro porque sabía que no estaba pasando por un momento personal no muy bueno, además unos días atrás le entregue el número de la matrícula del coche que me había estado siguiendo, prometió que averiguaría de quien era ese coche.

 Cuando llegué al lugar de la cita Kidman se levantó de la mesa donde estaba bebiendo un café y me recibió con un efusivo abrazo, me preguntó por mi mujer y mis hijos y me pidió que me sentara.  Después de pedir otro café para mí fue directo al grano, expresó su preocupación por la caza de brujas que se estaba emprendiendo en la CIA, una caza cada vez más intensa, yo resté importancia al echo pero el insistió. Me advirtió en que no confiara en nadie, ni siquiera en el jefe Ford. Aquella declaración me lleno de incertidumbre e inseguridad, todos teníamos un pasado dijo a continuación, incluido Ford, no me quiso aclarar el que o no lo sabía. A continuación me dijo la procedencia de la matrícula del vehículo que me estaba siguiendo, pertenecía a un negocio de alquiler de coches de segunda mano. Acabé mi taza de café y me despedí de Kidman agradeciendo su ayuda.

Al día siguiente de mi encuentro con Kidman me dirigí al negocio de alquileres de coches. En la recepción un hombre poco aseado me despachó de malas maneras, le pregunté sobre el vehículo al que pertenecía la matrícula que apunté, dijo que todas las salidas y entradas de vehículos quedaban registradas en un cuaderno, le pedí ver dicho cuaderno de entradas y salidas de vehículos a lo que el hombre se negó. Se lo pregunté de otra manera, con mi pistola apuntando a su cabeza, eso ayudo a que la actitud descortés del individuo cambiara por completo, revisé el libro comparando la matrícula del vehículo, al fin tenía el nombre del hombre que había estado siguiendo mis pasos el día de la muerte de Fischer, Peter Norris, compañero en la agencia y un nuevo posible enemigo.




viernes, 16 de mayo de 2014

El buen patriota IV: Los valores americanos.

Lo malo que tienen los agentes dobles es que al final no sabes de que bando están, se ganan la confianza de los dos bandos, esa es su función, pero ¿ a quién traicionarán?. La sensación generalizada de algunos de los hombres de Ford es que Mikael nos había vendido, pero nadie entendía con que fin mató a Woodrow ¿qué valor tenía la vida de mi compañero para destapar así su tapadera? Muchas preguntas sin respuesta se dibujaban en el charco de la sangre que emanaba del pecho de Woodrow. Seis puñaladas fueron suficientes para acabar con mi compañero.



Algunos pensaban que lo del espía en la CIA era un farol que nos había lanzado Mikael para mantenernos distraídos, a pesar de ellos, los esfuerzos por encontrar un soplón se intensificaron. El jefe Ford multiplicó medios y hombres en investigar y seguir a cualquier nombre  que tuviera alguna mínima vinculación con el aparato comunista. Los agentes demostraron durante las semanas siguientes sus valores americanos, banderas izadas en lo más alto de sus porches, conductas cívicas admirables, la cita a la iglesia de todos los domingos,  incluso algunos hombres dejaron de verse con sus amantes. El consumismo también estaba a la orden del día entre nuestros hombres para poner de manifiesto su anticomunismo,  relojes nuevos, coches nuevos y trajes nuevos.

Pronto me asignaron un nuevo compañero, un novato llamado Harry Damon, un pardillo, no sólo en apariencia con sus grandes lentes de pasta y su peinado pasado de moda, un pardillo que no paraba de hacer preguntas, algo torpe, y charlatán. El jefe Ford decidió apartatme del caso Woodrow por miedo a que me implicase emocionalmente, así que me seguí dedicando a lo mío, hacer preguntas  a posibles comunistas. El siguiente nombre en mi lista era Paul Fischer.

Fischer era periodista en un periódico local, recientemente publicó una columna de opinión donde ponía en entredicho los métodos de las autoridades para tratar de erradicar la amenaza comunista desde dentro de nuestras fronteras. Periodistas con cierta ideología izquierdista los había a patadas, pero lo que más me llamo la atención de Fischer es que sabía demasiado, más de lo que un vulgar periodista sabría, en su artículo nombraba a Mikael, haciendo referencia a la doble moral de los servicios secretos, utilizando a agentes dobles. Una llamada de un par de minutos  a su editor, me bastó para dar con el paradero del periodista, vivía en un apartamento en el centro y ahí me dirigí para encontrarme cara a cara con Fischer.

Mientras conducía, Damon no paraba de preguntar sí era buena idea, ya que Fischer guardaba relación con el caso Woodrow. Le respondí tantas veces como me pregunto que para mí aquel periodista era uno más en mi lista, yo sabía que no era así, mi intención era averiguar que relación mantenía con Mikael. Noté como un coche negro nos seguía de lejos, aceleré la marcha y conseguí despistarlo en un par de segundos, quizás fueran paranoias pero no podía cometer riesgos, además, nadie tenía motivos para seguirme.

Pedí a Damon que esperase en el coche, aceptó a regañadientes. Comprobé sí mi pistola estaba cargada y cogí una palanca del maletero antes de disponerme a iniciar mi visita. No llamé al timbre, eso le abría dado tiempo a reacción, usé la palanca para forzar la puerta y me adentré en la vivienda. El comedor estaba vacío, escuché un ruido en una habitación de un largo pasillo, avance con paso ligero para echar la puerta abajo de un puntapié. Fischer intentaba esconderse de mi bajo las sábanas de su cama mientras otro hombre desnudo miraba hacia la ventana buscando una salida. Pedí al hombre desnudo que se tapara mientras apuntaba con mi pistola a sus partes. Fui directo al grano, le pregunté a Fischer de que conocía a Mikael, parecía que el periodista estaba aún conmocionado por mi brusca entrada, disparé dando de lleno a la mesita de noche que estaba a su lado. Volví a formular la misma pregunta, de nuevo no tuve respuesta y esa vez di de lleno en la rodilla del amante del periodista. Fischer reaccionó y me contó que Mikael era un viejo amigo, había acudido a él hace unos meses, Mikael sentía peligrar su vida y le pidió que publicara lo que publicó en el periódico en el caso de que pasara algo, Fischer debía recibir una llamada de Mikael que nunca recibió y el periodista supuso que a Mikael le había pasado algo malo. En medio de la declaración del periodista Damon interrumpió inoportuno en el apartamento gritando que había oído disparos, mis disparos. Decidí concluir ahí mi interrogatorio para volver a retomarlo en otra ocasión. Me despedí mientras Fischer trataba de taponar la herida en la rodilla de su amante.

Al salir del apartamento me fijé en el coche que estaba aparcado al final de la calle, era el mismo coche que nos había estado siguiendo. Apunté la matrícula en mi libreta y me subí a mi coche, dejé conducir a Damon, le pedí volver de vuelta a la oficina para revisar unos informes.

Después de la dura jornada laboral llegué a casa, ya había anochecido.  Me senté en el columpio del jardín, el cemento aún estaba algo fresco en mis pies así que decidí volver a entrar en la casa. Catherine entró por la puerta, dejó a los niños por la tarde en casa de una amiga, debía dedicar tiempo a unos recados. Me senté en mi sillón favorito cuando el teléfono sonó, descolgué y era el jefe Ford. Quería hacerme un par de preguntas sobre Fischer, le pregunté extrañado que tenía de especial Fischer. Me respondió que Fischer y su amante habían aparecido con el cuello rajado en el automóvil del periodista






miércoles, 14 de mayo de 2014

El buen patriota III: Juego de espías.

Habían pasado dos años desde la intrigante revelación de Mikael, un espía en la CIA. Las sospechas caían entre todos nosotros, cualquier manifestación era analizada con lupa. Durante estos dos años hemos seguido a lo nuestro, periodistas críticos con nuestro sistema económico, con la política del país, actores con tendencias izquierdistas, o ciudadanos no bien vistos por la comunidad. Una vez un vecino de un barrio residencial denunció a otro por que no izaba nunca la bandera estadounidense en el porche de su casa, nos presentamos en la vivienda en un momento que el estaba ausente, su mujer y sus hijos nos abrieron las puertas de la casa y lo esperamos, cuando llegó le hicimos un par de preguntas, al final llegamos a la conclusión de que se trataba de un tema de venganza entre vecinos, su vecino plantó un árbol en su jardín y las ramas del árbol daban al jardín del acusado, este taló las ramas y como venganza su vecino llamó a las autoridades acusándolo de antipatriota. Al parecer las falsas denuncias también eran el pan nuestro de cada día.



El día de acción de gracias mi amigo y jefe William Ford nos invitó a mi familia y a mí a celebrar la festividad con su familia. Llegue tarde a la residencia de Ford por unos asuntos de trabajo, mi familia ya se encontraba ahí. La comida transcurrió jovial y con total normalidad, mis hijos y sus hijos jugaban, nuestras mujeres hablaban animadamente y los hombres hablábamos de béisbol. Mientras las mujeres se encargaban de recoger la mesa, Ford me invitó a pasar al despacho en la planta de arriba, quería que degustase un Whisky que guardaba en un cajón. El Whisky era excelente, Ford se sirvió una copa para si.  Pronto dejamos los temas triviales y hablamos de trabajo.

Ford me habló del caso del espía en la CIA, durante los dos últimos años el jefe Ford había designado  personal y medios para investigar a numerosos agentes, yo ya tenía un poco olvidado el tema, con la reciente muerte de Stalin y la llegada al poder de Kruschchev parecía que la tensión entre los dos países de estaba suavizando, pero la amenaza seguía estando ahí. Ford barajó un par de nombres entre ellos el de Norris, hace un tiempo se encontró un panfleto comunista en su taquilla, el negó que alguien lo había colocado ahí, alguien que lo quería inculpar, algunos creían su versión, otros no. Bajo sospecha también estaba su joven compañero Tomas, siempre se mostraba crítico con el gobierno de Truman , con el proyecto de la bomba atómica y con lo de su plan Marshall, decía que esa ayuda económica a los países de Europa no era más que una manera de comprar sus favores contra el bloque comunista. De Tomas Ness siempre pensé que era alguien que hablaba mucho pero sus acciones no pasaban de ahí.

Lo que estaba claro es que Mikael andaba muy cerca del agente soviético en la CIA, pronto nos daría un nombre. Woodrow, mi compañero, se había citado aquel día con Mikael, decía que tenía algo importante que decir, una revelación, un nombre.

Ford disfrutaba del humo de un puro que se acabó de encender, su teléfono empezó a sonar y descolgó de inmediato, respondió despreocupado con la mano en el bolsillo, pronto su cara se tensó, me miró a los ojos, y dejo caer la palma de su mano sobre la mesa y colgó el teléfono con nerviosismo. Ford me pidió que me abrigara, teníamos trabajo, durante el trayecto en coche me sentía abrumado, algo gordo debía haber pasado para mover al jefe Ford de su casa en un día festivo. Pronto me sorprendí, llegamos al parque donde mi compañero Woodrow y Mikael se habían citado. Dos agentes uniformados del cuerpo de policía nos dieron paso para atravesar el cordón policial, en cuanto enseñamos nuestras placas, pronto identifiqué a Roger Morgan, un hombre corpulento del departamento de homicidios y trajeado que nos saludó con rostro sombrío. No había rastro de Mikael por ningún lugar pero Woodrow yacía boca abajo en el suelo inerte, rodeado por un gran charco de sangre que se estaba secando sobre la tierra.



martes, 13 de mayo de 2014

El buen patriota II: Nuestro hombre en Moscú

Soy un patriota ejemplar, un ciudadano cristiano practicante, hago mis donaciones a la iglesia. Con una buena esposa, Catherine, y dos hijos, Michael, de diez años, alumno aventajado y jugador de béisbol, y Julia, de siete años, la pequeña Julia ya sabe situar en el mapa los estados de nuestro país. Somos unos americanos ejemplares, con todas las prácticas ejemplares que hacen a una familia americana buena y bien vista por la sociedad.




Arnold Reagan, nombre en clave Mikael, es todo lo opuesto a mí. Ateo, reservado, sin amigos, sin familia, alguien mal visto por la sociedad. Es agente doble, dedicado al contra espionaje, los soviéticos piensan que trabaja para ellos, pero no es así. Él es nuestro hombre en Moscú y nunca nos ha fallado.  Se gano el favor de los soviéticos durante la guerra de Grecia, estuvo del lado comunista, o eso hizo ver, arriesgo la vida por su patria, aguantando como pudo nuestros cañones y nuestras balas, sus acciones llamaron la atención de la KGB que no tardó en reclutarlo entre sus filas. Hasta ahora había echo un buen trabajo para la CIA, el nos advirtió unos meses antes de que espías soviéticos habían facilitado los planos de la bomba atómica al gobierno de Moscú, así fue como en mil novecientos cuarenta y nueve, ya hace dos años, la Unión Soviética había conseguido detonar su bomba atómica, similar a la que detonamos en Hiroshima y Nagasaki. También nos soplaba información sobre los espías que actuaban en nuestras ciudades, eso nos facilitó mucho las cosas a la hora de dar caza a los comunistas.

Woodrow y yo debíamos reunirnos con Mikael en un parque del centro de la ciudad, debía pasarnos el informe mensual sobre las operaciones de espionaje soviéticas en suelo americano. Mikael parecía un vagabundo al que sólo le faltaba mendigar, al menos esa era la impresión al verle vestido con esa ropa sucia y vieja, pero su aspecto físico nada tenía que ver con su vestimenta, era alto, parecía haberse endurecido con el frío ruso, con la cara recién afeitada y el cabello rubio y corto, además había oído de el que hablaba un ruso con una pronunciación perfecta. Me senté en el mismo banco en el que él estaba mientras Woodrow daba una vuelta a los alrededores, no nos saludamos, la primera razón era para ser lo más discretos posibles, la segunda razón era nuestra  relación tensa. Hacia tiempo que le insistía en el nombre de sus informadores, si a él le pasaba algo nos quedábamos ciegos, y con sus nombres podríamos recurrir a ellos en caso de que cualquier desgracia le pasara, Mikael siempre se negaba a ello, quería protegerlos de cualquiera, incluso de nosotros, los buenos.

Aquella tarde procedimos como siempre, sin mirarnos a la cara me pasó un sobre, con una lista de posibles espías, nombres de hombres y mujeres que tenían una doble vida. Le volví a insistir sobre sus informadores, como era de esperar Mikael se volvió a negar, pero esa vez me hizo una revelación perturbadora. Había un espía en la CIA, sólo era cuestión de tiempo que conociera su nombre. Le dejé en el banco como siempre mientras daba de comer a las palomas, la duda me invadía, un espía ¿Pero quién? Los nombres surgían en mi cabeza, Norris, Woodrow o algún jefazo ¿sobre quién caerían las sospechas? Debía estar preparado para lo peor. Como dijo Mikael, era cuestión de tiempo que el espía cayera.


lunes, 12 de mayo de 2014

El buen patriota I: El enemigo en casa.

La década de los años cincuenta empieza,  aunque la situación mundial es más desconcertante que nunca debido a la amenaza comunista tras la Segunda Guerra Mundial. En cuanto a nosotros, somos necesarios para preservar la seguridad nacional y protegernos de la amenaza soviética. Mi nombre es Wiston Johnson, a mi lado está mi compañero desce hace años Elver Woodrow, nos dirigimos en automóvil a una fábrica abandonada en un viejo barrio, nos preguntamos sobre la familia, el tiempo, y demás cosas rutinarias, nada más por que vamos a realizar nuestro trabajo y sabemos lo que ello conlleva



Entramos por una puerta trasera de la vieja fábrica. Pronto se empiezan a escuchar golpes y sollozos, enseguida veo a Peter Norris, un hombre con sobre peso, y a su compañero Tomas. Norris atizaba sudoroso a un prisionero en medio de aquella fábrica abandonada, el prisionero lleva una mezcla de sangre y suciedad en su torso, la sangre gotea de su labio mientras mira a su alrededor buscando una salida. Su nombre es James. L. Washowski, antiguo colaborador en el proyecto Manhattan, y sospechoso de haber filtrado información a los comunistas sobre los planos de la bomba atómica.

Recrimino a Norris que golpee la cabeza del muchacho, eso no le ayudará a pensar ni recordar. Norris  se sienta agotado como sí la paliza la hubiera recibido él. Cojo una silla, me siento delante de él y pido a mis compañeros que abandonen la sala para proseguir con el interrogatorio. Me enciendo un cigarrillo, mientras mis compañeros salen de la sala. Salen confiados, saben que haré bien mi trabajo, soy el mejor haciendo interrogatorios de la CIA. Ese interrogatorio era algo clandestino, lejos de la central, lo hacemos así por que la opinión popular no vería con buenos ojos lo que hacemos, simplemente lo hacemos por ellos, para que puedan seguir viviendo su sueño americano nos manchamos las manos de sangre. He interrogado a actores con tendencias demasiado izquierdistas, a ciudadanos denunciados por sus vecinos  y científicos que han colaborado en diversos proyectos. La verdad es que la amenaza comunista puede estar en cualquier parte, y no es fácil dar con ellos, por que saben que su destino final probablemente sean, el escarnio público, mediante juicios mediáticos y finalmente la silla eléctrica.

Un disparo precipita la entrada en la sala de mis compañeros, mi arma estaba humeante, mi mejilla dolorida, y el prisionero tendido en el suelo con una bala en la espalda. Woodrow baja el mano con el que tiendo el arma, con cara de espasmo me mira a los ojos. Les expliqué que el preso no estaba bien esposado, se abalanzó sobre mí, me golpeó e intentó escapar hasta que le alcancé con una bala. Miré con gesto acusador a Norris, el gordo se sentía mal y me pidió perdón.  Teníamos a alguien que estaba a punto de confesar algo, y por un maldito fallo humano, se nos fue. No se pueden tolerar estos errores, el enemigo puede estar en cualquier parte.

viernes, 9 de mayo de 2014

El mejor día de mi vida.

Él era fuerte, humilde en su grandeza, culto e inteligente, su cabello era negro como la noche, la noche que eclipsaba en aquel radiante día. Aún recuerdo nuestro primer beso, bajo los almendros en flor, hace tres años, en primavera, yo estaba nerviosa, buscaba mis labios con timidez, y acertó en la comisura de mi boca, yo le devolví el gesto con un beso profundo, intenso como ningún otro. Todo ese tiempo habíamos  reñido, llorado, reído, reconciliado, pero nunca habiamos dejado de amarnos. 

Por suerte no tuvo que marchar a la guerra, su talento valía más lejos de la batalla, proporcionaba nuevos diseños navales al gobierno, nacidos de su mente. Entre los invitados al enlace añoraba muchas caras, mi hermano, los  hijos de amigos de mi padre, ellos sí fueron a morir por nuestro país. Eso hace que me sienta triste, muchos de esos jóvenes marcharon a defender nuestro país y no regresarían, ni siquiera sabíamos si estarían vivos, cubiertos en trincheras,  o a puntos de morir , en un campo verde, viendo como nuestro intenso sol rojo nace de las montañas por última vez. Pero eso no importaba, la tradición dice que una boda no es alegre, es tradición, ni siquiera los novios podemos apenas tocarnos, y ya no hablemos de besarnos. Las tradiciones son así, tres vestidos para la novia y un kimono gris para el novio. 

Mi madre no lo expresaba, pero sabía que por dentro sentía alegría, por mí, por que en estos tiempos inciertos le parecía la novia más hermosa. Mi padre me miraba con una admiración que no expresaba, un brillo en sus ojos me lo decía. Esperé que pasara ya este largo día, para refugiarme entre sus brazos, y no separarme de él jamás. Nadie expresaba emoción alguna, pero por dentro percibía su felicidad, salían de la rutina de los últimos años. Mi anciana abuela sonreía con satisfacción, una lágrima de felicidad que enseguida secó resbaló por su mejilla.

Debíamos casarnos en Noviembre, el once es el número de la suerte para los japoneses, pero no podíamos esperar más, en estos tiempos oscuros, se debe vivir cada día intensamente sin esperar al mañana, eso es lo que decía él, pero yo no hacía mucho caso, a que debe temer una gran nación como la nuestra, durante los últimos cuarenta años nuestro país a crecido y se ha convertido en un gigante. Aunque los últimos años no han sido muy buenos, pero pronto nos recuperaremos y seremos felices. Esos americanos creen que son mejores que nuestros hombres, pero no lo son. Ellos al recibir una bala se retiran del combate, nuestros hombres  luchan por su honor hasta el final, aunque se dejen la vida, hasta derramar la última gota de sangre. Eso les hace mejores, más fuertes.

Pronto todo se acabaría y seríamos felices para siempre, como los niños que jugaban y reían o el recién nacido que veía  en los brazos de su madre, con toda la vida por delante y un mundo por descubrir, incluso los ancianos disfrutarían sus últimos días de paz, todos seríamos felices, todos seguiríamos con nuestras vidas aquí, en Hiroshima, o en cualquier otro lugar. Pasamos la noche de bodas hablando del futuro, de como sería nuestro primer hijo, hablamos entre besos y abrazos y apenas dormimos hasta que llegó aquella mañana del seis de Agosto de mil novecientos cuarenta y cinco.

Me asomé a la ventana alertada por el sonido de un avión, un avión que volaba muy alto. El cielo se iluminó en una intensa luz violeta cegadora, como si el infierno engullera la tierra, de improvisto, como un ladrón en las noche. No dio tiempo a reacción, todo se oscureció en la mañana despejada. En cuestión de segundos, nuestros sueños desaparecieron, todos los que conocíamos desaparecieron, y nosotros desaparecimos.