Durante siglos, las fachadas monumentales de las catedrales han formado parte indisoluble de las ciudades más importantes de la vieja Europa, estos templos de poder respondían a además de una búsqueda de los nuevos dogmas de fe, al poder del monarca, para ello la clase eclesiástica tendió la mano a la monarquía para emprender estas construcciones nunca antes vistas. Pronto este nuevo movimiento arquitectónico, surgido en Francia, en la primera mitad del siglo XII, se extendió por toda Europa, gracias a la trasmisión de los arquitectos que traspasaron los conocimientos adquiridos a otros territorios, gran aportación de estos arquitectos fue el profundizar en el uso del dibujo técnico y la utilización del compás y la escuadra. Las ciudades buscaban la grandeza de la ciudad, debido a que estas catedrales góticas atraían altas concentraciones de población impulsando la economía y fomentando el comercio, convirtiendo estos monumentos en auténticos motores para el avance de la ciudad medieval, otorgando prestigio a la misma, era inconcebible que una gran ciudad no contara con su catedral gótica. El alzamiento de estos monumentos era una empresa instigada por la monarquía y la iglesia, contando con la mano de obra voluntaria y sin ánimo de lucro del pueblo. El poder monarca quedó patente, un ejemplo fue la catedral de Reims que sirvió de lugar de coronación para los reyes franceses.
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Rereyestación del juicio final, con un cristo redentor mostrando sus llagas |
El cielo en la tierra.
Lo que se puede apreciar en las representaciones románicas es un dios más autoritario, los nuevos dogmas obligaron a las instituciones religiosas ha ofrecer un dios más redentor y compasivo que se refleja en las esculturas y pinturas, con una imagen más humanizada en sus representaciones, además de una mayor importancia de la virgen, sirviendo de trono al niño dios. Otra búsqueda fue la de la mística de la luz en el interior de los edificios, aportando una atmosfera diferente en el interior gracias al paso de la luz a través de los vidriales y rosetones, la mezcla de colores que traspasaron en ellos ayudaron ha conseguir dicho efecto. Por último los avances técnicos posibilitaron la cada vez mayor verticalidad del edificio, concediendo obras impensables antes, durantes las diferentes etapas del gótico las técnicas empleadas fueron diferentes. Fue en la segunda mitad del siglo XII cuando se implantó el uso de la bóveda sespartita, el uso el uso del arco apuntalado, lo que permitió un reparto más generalizado en toda la escultura del edificio.
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Catedral de notredame de París |
Pero fue Nortredame el paso decisivo del gótico preclásico al gótico clásico, gracias al uso del abortante, elemento que permitió en posteriores obras, suprimir la tribuna, lo que permitió una mayor unidad espacial, que respondía a la mística de la luz siempre buscada. A partir de ahí se hizo uso de las bovedas cuatripartitas. La mayor mística de la luz la encontramos en la segunda mitad del siglo XIII con el gótico radiante, siendo su máximo exponente la san chapelle de París. Durante el siglo XIV y XV el gótico ganó su máxima expresión con el gótico flamigero.
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Interior de san Chapelle |
El poder eclesiástico y monárquico en la pintura y la escultura.
Podemos encontrar infinidad de obras pictóricas y escultóricas capaces de representar e el poder de la iglesia y de los reyes. Los vitrales de la san Chapelle son claro ejemplo de ello, con la representación de sus reyes, la Sant Chapelle Sirvio de relicario de parte de corona de espinas de Cristo, parte de la lanza, parte de la Cruz u esponja del martirio de Cristo, recuperadas por el rey Luis XI En la escultura también vemos representado a reyes como donantes, al igual que antiguos reyes de la antigüedad que legitiman el poder real en la tierra. Por otro lado la iglesia suele estar representada frente a la sinagoga en estado triunfal, la iglesia sale además representada portando la corona, signo de monarquía algo habitual en diversas obras arquitectónicas.
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Representación a la izquierda la iglesia y a la derecha la sinagoga. |
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