Las playas del día D.
Uno de los principales puntos de interés son las playas de Normandia, concretamente Omaha beach, en ella nos trasladamos directamente a la madrugada del 6 de Junio de 1944, donde los aliados desembarcaron en el continente, con el coste de miles de bajas, las olas agitan el agua que se mezcló con la sangre de esos soldados, víctimas de los nidos de ametralladora nazi, la paz del lugar perturba y se siente que una vez el silencio fue quebrantado por el fuego de mortero.
Esta playa comunica con el campo santo de Colleville, un cementerio militar americano donde reposan miles de soldados americanos, dos de ellos los hijos del presidente Roosevelt.
Esta playa comunica con el campo santo de Colleville, un cementerio militar americano donde reposan miles de soldados americanos, dos de ellos los hijos del presidente Roosevelt.
Una obligada visita, aprovechando el recorrido de este desembarco de Normandia es la ciudad de Caen, arrasada y testigo del horror de la guerra. En ella podemos visitar edificios llenos de historia, como la iglesia de San esteban o la abadía de los hombres, igual de imprescindible es la visita al memorial del desembarco, un museo dedicado a este episodio de la segunda guerra mundial.
El mont Saint Michel.
Un islote que sirvió históricamente de punto defensivo gracias a las crecidas de mareas, dos veces al día, los ingleses es su conquista de Normandia jamás pudieron conquistar esta fortaleza. Este monasterio sirvió también de prisión para los crericos que se negaron a aceptar la nueva constitución durante la revolución francesa. En el podemos encontrar un buen ejemplo de la arquitectura gótica flamigera.
Recuerdo asomarme a uno de los balcones y ver la inmensidad del horizonte, lo que veía era britania, pero yo sentía estar en el fin del mundo, la guía contaba que era muy peligroso pasear por la arena bajo el monte, ya que esta se podía hundir bajo nuestros pues engullendonos y perdernos para siempre en esas tierras.
Ese punto del mundo me hacía pensar lo insignificantes que somos gracias a esa increíble geografía. Recuerdo que antes de ese viaje leí el libro "los pilares de la tierra " lo cierto es que las estancias del lugar me recordó la vida de los monjes que se narraba en el libro.
Los encantos de Normandía
Durante el viaje por carretera, en la ida y en la vuelta, me deleité con la espesa vegetación llena de vida y las viviendas rurales, todas hermosas que dibujaban un paisaje de cuento, hicimos una parada en uno de esos pueblos encandilandome queriendo prolongar mi estancia en él.
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