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viernes, 3 de junio de 2016

Conoce a Dios

CONOCE A DIOS


AUTOR: GABRIEL MELIS
ESTUDIANTE UNED




El siguiente relato se debe leer sin interrupciones, con la mente vacía y exento de preocupaciones.
Una bruma invadía un lugar desdibujado, lleno de paisajes coloreados o llenos de grises, no recuerdo bien , con casas de cualquier forma y material, la memoria me falla y no me atrevería a decir si eran altas o bajas o si muchas o pocas, si en una pequeña aldea o en una gran ciudad aunque tal vez fuera la naturaleza la que simplemente servía de hogar,  no sabría decir la época que era, si antes del tiempo conocido o si es en un tiempo por conocer, si fue o será o si está siendo, tampoco sé muy bien, si el día era claro o si la noche era estrellada, si el paisaje era yermo o verde, si era costa o interior, no recuerdo si era  civilización o cultura o si la gente de ahí estaba en paz o de lo contrario vivía de  la guerra. La bruma empezó a disiparse, entonces  empiezo ya ha recordar que había un número indeterminado de personas, no sabría decir si decenas o centenas ni muchas ni pocas, con rostros desdibujados y rasgos físicos mezclados con el enrarecido ambiente de esta historia, unos altos otros bajos, unos niños otros adultos, ahora ya me he vuelto a perder, ya no sé  si eran todos críos o todos señores,  tal vez uno tal vez cien. La gente se sentó o se mantuvo de pie alrededor de un anciano ¿o era joven ? lo que sí es seguro es que tenía el rostro más claro del lugar  y unos ojos destellantes en un fondo negro pero con incesantes destellos de luz, algo así como el firmamento, llenos de sabiduría, o eso decía él. Aquel hombre tenía que contarles algo importante, además estaba ahí para dar respuesta a todas las preguntas de los inquietos que ahí estaban reunidos.
¿Por qué estamos aquí? ¿Quién nos creó? ¿Quién nos hizo así? ¿desde cuando somos lo que somos?
El hombre sabio no se sentía abrumado más bien se sentía entusiasmado ante la curiosidad de aquellas mentes y  voces, tal vez de hombres, tal vez  mujeres, tal vez niños, tal vez una mezcla de todo que reclamaba respuestas. El hombre ilustrado se había mantenido en silencio con una sonrisa satisfactoria, alzó la mano para pedir la palabra.
— Responderé a todos y diré lo que sé aunque tal vez no entendáis mis palabras- dijo el hombre desprendiendo serenidad.
— Entonces dinos de una vez por que estamos aquí ¿cómo es él? — dijo alguien entre los presentes.
— Preguntaros como sois vosotros, si sois egoístas o de lo contrario generosos, si sois benevolentes o más bien crueles, miraros los unos a los otros y el mundo que os rodea, decidme si este mundo es salvaje y lleno de peligros, o si estamos en comunión con la naturaleza, él impregna su ser en nosotros, en los colores de todo lo que veis y más allá, somos a su imagen y nuestro carácter es a su semejanza. Si somos más crueles no es por que él quiera que seamos así, sino que sencillamente, él es así y si somos más justos es por la misma razón. Si sois altos, bajos, si tenéis dos piernas o cuatro patas, si hacéis buenos o malos actos, si tenéis una vida intensa y llena de aventuras o monótona y aburrida  es por que él sin querer nos ve así.
-— Y que debemos hacer para contentarle — Dijo una voz inquieta.
— Absolutamente nada, lo mejor que podéis hacer es seguir con vuestras vidas. Posiblemente desconozca vuestra existencia, yo creo que ni siquiera os tiene muy en cuenta, él debe estar  en otras cosas. Lo que sí sé a ciencia cierta es que hoy está aquí observando
— ¿Dónde está, muéstranoslo?—  dijo alguien desafiante.
— Él no puede mostrarse, como bien os he dicho ignora vuestra existencia, tal vez os vea como una ilusión o un sueño, aunque   si ello os hace sentir mejor podéis reuniros para venerarle, no seréis ni los primeros ni los últimos que hacen eso, aunque si intentáis poneros en contacto con él mediante ritos u oraciones es probable que os ignore, incluso si supiera que algún día matáis en su nombre lo más probable es que se horrorice, aunque también podría ser que le divirtiera verlo, incluso sentiría curiosidad. Pero si alguno de vosotros tiene una vida interesante que merezca ser contada, él la seguirá y temerá por vuestro destino, seguirá con atención vuestras hazañas, incluso os tendrá en la mente por los intensos momentos que le habéis hecho pasar.
Tras los argumentos del hombre sabio se hizo un breve silencio interrumpido por un murmullo creciente — No entiendo, ahora estoy más confuso que antes — se escucho una voz entre los  lamentos.
 — Es muy sencillo de comprender — interrumpió las quejas el sabio, — debéis mirar más allá, estáis acostumbrados a ver el mundo desde vuestra perspectiva, intentad mirar vuestro mundo desde las alturas y no solo vuestro mundo, vuestro universo. El mundo está lleno de universos el nuestro bien podría ser la llama parpadeante de una vela o la cera que se desliza en ella, el universo también puede ser la armonía que se escucha al interpretar una canción y convertirse en otro universo con una reinterpretación, el universo puede ser el vuelo de una mariposa, un parpadeo, un dibujo en un lienzo, un fresco en una pared o el movimiento en el aire que deja impreso la hoja de un libro al pasar de página,  el baile incesante de los planetas alrededor del astro rey,  o la danza de una hoja sostenida en el aire. Él rige las reglas de nuestro universo, las leyes físicas que dominan el mundo, todo depende de cuan despierta sea su mente.
Aquel hombre no convenció a los individuos que le rodeaban.  Decepcionados por no encontrar en él respuesta a sus incertidumbres, se marcharon sin mediar palabra, algunos lo dejaban por loco o como un fraude, otros simplemente se seguían preguntando entre ellos, pero aquel hombre seguía con la misma sonrisa de satisfacción sin que la opinión de los demás hicieran mella en su ánimo.
El universo nos parece inmenso, lleno de estrellas y astros en un gran vacío, nosotros somos una minúscula porción de este universo que nos parece inmenso, lo que hay más allá de nuestro universo es desconocido y tal vez nunca lo sepamos, pero tal vez desde fuera nuestro universo sea diminuto, como una gota de agua, un trozo de papel o una onda en un charco. No sabemos a que le debemos nuestra existencia, tal vez a un creador, tal vez seamos reflejo de una mente inquieta o tal vez seamos imaginación de un observador, tal vez nuestro "Dios" no sea consciente de nuestra existencia, como ahora mismo, él no maneja nuestro destino, pero puede influir en nuestro mundo, dibujando montañas, ríos, mares océanos y seres que solo él puede imaginar.
Los ojos oscuros del sabio centellearon y todo a su alrededor se tornó de un negro más profundo que la oscuridad, en medio de esa nada, solo su cara, sus ropajes y su figura resaltaron sobre el negro. Aquel hombre tenía algo que decirte.
— Te has encontrado esta narración, en realidad solo te has encontrado una base y a partir de ahí has construido un mundo, en menos de seis días y sin la  necesidad de descansar en  el séptimo.  Llevas un buen rato contemplando esta escena y has decidido que sea alrededor de una hoguera o desde un atril, eso solo ha dependido de ti o más bien de tu subconsciente,   ya has decidido nuestros rostros, él mundo que nos rodea, si es un mundo tan real como el tuyo o si en cambio es un mundo fantástico que bien has podido vestir con tu imaginación. Has decidido  con que tipo de armas libramos nuestras batallas o si en cambio somos hombres de paz, has decidido como y cuando desempeñamos nuestra vida cotidiana, cuantos y como somos, tal vez nos ves como una tribu primitiva o una sociedad avanzada, eso también lo has resuelto tú.  Desde su perspectiva, ellos no podían  comprender de lo que hablaba, pero creo que tú me empiezas a entender. Sí, te estoy hablando a ti, que contemplas mi universo cogiendo con tus manos un papel o curioseando a través de la pantalla del ordenador, se que no puedes interactuar conmigo, pero yo si que te puedo estar hablando a ti, aunque cualquiera que me vea podría decir que estoy loco o que estoy rezando. Te doy las gracias por que tu imaginación le ha dado vida a mi mundo, no te preocupes, no hay más "dioses" que tú aquí, otra persona que nos leyó nos puso patas de caballo, otra persona me veía a mí como una especie de ser místico y otra en cambio se imaginaba este relato en tiempos de Jesús. Te animo a que compartas estas hojas para que más personas creen su propio universo, incluso te animo a ti a que imagines más universos. Como ves  nuestro universo bien podría ser un folio lleno de letras que se juntan en palabras, sólo tú decidirás ahora  si arrugar y tirar nuestro universo a la basura o conservarlo seguro en un cajón, también lo puedes dejar en la estantería junto a tus libros y dejar que acumule polvo, creo que algo así es lo que está pasando en tu mundo.



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