Cuentos y leyendas: los últimos gigantes

Parte de las tierras del  arco atlántico y la Europa mediterránea  han sido vestidas por monumentos megalíticos milenarios que han resistido en pie el paso del tiempo. Desde tiempos antiguos los hombres trataron de dar una explicación a aquellos monumentos abandonados, colocados de una manera calculada, por alguien desconocido en un pasado. Hoy gracias a los trabajos arqueológicos sabemos dar una explicación razonada a la realización de estas obras, pero en época medieval, los hombres trataron de dar una explicación a dicho fenómeno. Ello dio pie a numerosas leyendas relacionadas con las construcciones megalíticas.

Gigantes en Menorca.

La naveta dels tudons es tal vez el  monumento megalítico más famoso de la isla menorquina, se trata de un edificio de planta rectangular de unos 13 metros de altura por 6 metros de ancho   destinado a una función ritual o funeraria, datado en la edad del bronce con unosu 3000 años de antigüedad. El nombre de la naveta se debe a su forma de nave invertida. 

Cuenta la leyenda que en una época remota los gigantes habitaban la isla, dos hermanos se disputaron el amor de una joven, para resolver la disputa el padre el padre de los dos hermanos propuso que los dos hermanos construyeran un gran monumento en honor a la joven. Los hermanos se pusieron manos a la obra, recolectando grandes rocas para la construcción  de los monumentos. Uno de los hermanos acabó antes con su monumento, el otro, enfadado por haber perdido la contienda  golpeó cegado por la rabia con una piedra a su hermano en la cabeza. Horrorizado por lo que le acababa de hacer a su hermano, el gigante se suicidó, la joven se murió de pena y el padre se murió de viejo. Y así fue como se extinguió la raza de los gigantes, los cuales dejaron para los hombres que vinieron después, todas aquellas inmensas construcciones  en la isla.

Siguiendo los pasos de los gigantes.

La leyenda de la naveta dels tudons no se queda en una simple historia local, las construcciones megalíticas, creadas por los hombres de la prehistoria tardía, gracias al trabajo conjunto de los grupos tribales que en ocasiones fueron capaces de trasladar las rocas a través de kilómetros de tierras y ríos, también tienen sus leyendas, con gigantes involucrados en Inglaterra. Un claro ejemplo es Stonehenge, situado al sur de Inglaterra, datado en el Neolítico  en el 3.000 a.C. y donde para su construcción se usaron piedras situadas a unos 200 kilómetros en el país de Gales. Dicho monumento fue atribuido en un primer momento al mago Merlín, que trasladó dichas rocas desde Irlanda y que sirven de lugar de reposo para reyes y en donde la mitología artúrica dice que descansa Pendragón, padre del rey Arturo.  Este lugar también ha servido para especular con que fuera lugar de reunión de druidas. Pero para entroncar nuestra historia nos quedamos con la atribución  de la construcción a la raza de gigantes que alguna vez existió, tal y como afirmó el historiador griego Diodoro, de ellos decía que estos gigantes eran adoradores de Apolo. 

La historia de gigantes relacionados con las construcciones megalíticas han tenido más trascendencia en Inglaterra y Menorca que en otros puntos como la península Ibérica. Tal vez la razón  sea por que Inglaterra resistió de una mayor manera la evangelización y estuvo más expuesto a las invasiones de pueblos paganos como los Normandos que trataron de dar una explicación acorde con su religión pagana. Estas historias sobrevivieron en el tiempo, incluso en una Inglaterra ya cristianizada. La vinculación de Menorca, Inglesa hasta el siglo XVIII, hizo que la leyenda de los gigantes perdurara también en la isla.