Cuentos y leyendas: la leyendas del moro, parte 2

Seguimos con esta segunda parte de las leyendas moriscas de Baleares, recordando que la palabra "moro" es utilizada en este blog sin ánimo de ofender a nadie sino como adjetivo con el que han llegado estas leyendas a día de hoy.

 Podemos encontrar más historias de nuestro moro enamorado en la geografía balear, he recopilado dos que me gustan por la espectacularidad de sus paisajes.

La cova d'en Xoroi

La primera  historia nos lleva a Menorca, donde se cuenta que hace cientos de años el moro superviviente de un naufragio, de nombre Xoroi, encontró refugio en las cuevas de un acantilado. Pronto los robos crecieron en las  poblaciones próximas al acantilado. Los lugareños alarmados por la desaparición de sus pertenencias buscaron y buscaron  pero no dieron con el ladrón. Xoroi estaba completamente abastecido en su cueva y solo salía cuando lo necesitaba. Un día Xoroi secuestró a una joven menorquina, los lugareños buscaron pero no la encontraron . La chica y Xoroi vivían juntos en la cueva, enamorados el uno del otro, contemplando los atardeceres, amándose y riendo, tenían todo lo que necesitaban para vivir su historia de amor.

Pasaron los años y las risas y susurros de los enamorados sonaban con estruendo en los alrededores del acantilado, los lugareños las oían burlonas y fantasmagóricas, entre las desapariciones de sus pertenencias y aquellas risas fantasmales llegaron a pensar que el lugar estaba encantado.

Un año hubo una gran nevada inusual que cubrió la isla de un manto blanco. Los lugareños descubrieron un rastro de huellas que llevaban directa a los acantilados, pronto siguieron el rastro hasta la cueva y descubrieron a Xoroi junto a su amada y junto a los tres hijos que habían tenido la pareja.  Los aldeanos se abalanzaron sobre Xoroi, al no encontrar escapatoria, Xoroi se lanzó al acantilado, entrando su vida al mar. Su cuerpo nunca fue encontrado. La Menorquina enamorada de Xoroi, fue llevada junto a sus hijos a un pueblo cercano, Alayor, donde a día de hoy los descendientes de Xoroi se cuentan por cientos.

La leyenda de Mossa.

Hace muchos años, en la época de la Mallorca musulmana, un joven príncipe arabe vivía entre inmensas riquezas. El joven príncipe disponía de las mejores telas que vestían su cuerpo y la de sus sirvientes y las mejores joyas. Ricos ornamentos decoraban su palacio. A pesar de todas las riquezas y comodidades de las que disponía, nada era correspondido al amor que sentía por su esclava cristiana,  y más afortunado se sentía por que su amor era correspondido. Una mañana Mossa fue a recorrer las tierras que rodeaban el valle de su caballo, cuando estaba lejos, vio una cortina de humo que nacía en su palacio, pronto temió por su amada y no dudó en emprender el galope para llegar cuanto antes hacia el incierto peligro. Con la velocidad de un rayo Mossa llegó al palacio, sus sirvientes yacían en el suelo, sin vida entre charcos cubiertos de sangre, desesperado Mossa buscaba entre los cuerpos el rostro de su amada sin encontrarla. Mossa miró hacia el mar donde vió un barco de velas negras anclado y pequeñas embarcaciones que cargaban sus joyas y a su más preciado tesoro, la cristiana esclava, así cayó en la cuenta de  que aquello se trataba de una correría pirata. Mossa no dudó en lanzarse al mar. Nadó con la velocidad de un tritón para hacer frente al temible capitán pirata. Cuando subió al barco, tal era la cólera de Mossa que los piratas le temieron. Mossa acabó con el capitán  pirata de una fugaz puñalada mientras los demás piratas spublicaban por su vida. Mossa recuperó sus tesoros y vivió feliz con su amada el resto de sus días. La hazaña de Mossa contra los piratas fue conocida por las poblaciones cercanas, tal así que el valle donde estaba su palacio fue conocido desde aquel momento como Vall d'en Mossa, hoy conocido como Valldemossa y la cartuja del pueblo, fue el antiguo palacio de aquel príncipe.

Nos despedimos con una estampa de Valldemossa, animando al visitante a visitar uno de los rincones más bonitos de Mallorca y por qué no, a recordar una de las leyendas de nuestras islas.