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jueves, 11 de junio de 2015

El Bosco: La retorcida mente de un genio

De entre todos los pintores flamencos que revolucionaron el arte de la pintura en el siglo XV, gracias a su realismo, detallismo y simbologia, podríamos diferenciar notablemente a uno que destacó por plasmar la abstracción de sus pensamientos, Hyeronimus Bosch, más conocido como el Bosco.

Una introducción a la pintura flamenca.

Para hablar del Bosco,  es imprescindible hablar de los autores que allanaron el camino y que hicieron  posible la producción de las obras del Bosco, gracias a las técnicas y a los detalles formales que generación tras generación fueron aplicando a sus pinturas.

Hombre del turbante rojo,  Jan van Eyck 




El talento de los pintores flamencos,  llamó la atención de nobles y burgueses que encargaron numerosas obras y provocaron que la producción de la pintura aumentara. El tratamiento tan realista de la pintura fue posible gracias al uso del óleo , las técnicas empleadas en el uso de la pintura fueron conservadas como secreto profesional que los maestros transmitían a sus aprendices.

En las siguientes dos imágenes se puede apreciar la increíble muestra de detalle através del espejo, donde aparecen personajes que no aparecen en plano.







Como auténtico precursor encontramos a Robert Camping, el maestro de Flémalle. Gracias al interés de plasmar el mundo que le rodeaba en sus obras,  se pueden apreciar con detalle, viviendas y paisajes e introduciendo santos en el ámbito doméstico. Pero es con Jan van Eyck y Roger Van der Widen donde esta pintura adquiere un mayor realismo y simbolismo. El uso de la tridimensionalidad y el espacio, iniciado ya en en el trescento italiano,  será experimentado por éstos artistas.

Descenso de Van der Weyden


El Bosco.

Saltamos una lista de pintores flamencos para llegar a nuestro protagonista.  Pronto se desmarcó del resto de los demás artistas flamencos, debido a la burlesca empleada en sus obras. De familia de origen alemán y de tradición pictórica,  su padre, su abuelo y su hermano, formaban parte del cerrado gremio de pintores. Nació como Jerone van Aken, en 1450 en Bolduque,  localidad de los países Bajos, conocida tambien como Hertogenbosch muriendo ahí en el 1516. De su localidad natal fue de donde adquirió su sobrenombre.




La retorcida visión que a veces tenía del mundo,  suscitaron rumores sobre su salud mental o si padecía algún tipo de esquizofrenia, cabe destacar aquí una obra como "el juicio de Viena
Viena".  Sus obras llamaron la atención de hombres poderosos, entre ellos el rey Felipe II que compró numerosas obras tras su muerte,  gracias a ello, podemos disfrutar de una gran colección en el museo del prado.

El jardín de las delicias.


El Bosco llena de bestias, brujería, alquimia y demás supersticiones medievales sus obras, en ellas los santos son un ser común más,  al igual que el resto de los mortales, pudiendo resultar víctima del sarcasmo del pintor, donde los verdaderos protagonistas son el pecado y la decadencia de la humanidad, un gran ejemplo es el tríptico del jardín de las delicias, la primera escena representa el paraíso, la segunda la tierra y la tercera el infierno.

Tríptico del juicio de Viena.






Quizás un loco, fruto de la excentricidad de los genios, quizás simplemente alguien con un extremado sentido de humor negro, pero lo cierto es que fue un artista adelantado a su tiempo y que inspiró a numerosos artistas contemporáneos.

Uno puede sumergirse en el laberinto de sus cuadros como adentrándose en los entresijos de una mente desquiciada, los detalles en sus cuadros son innumerables,  mundos creados que cuentan las historias que interactuan en ellos. El Bosco se alejo de la formalidad de los pintores flamencos,  adoptando el detalle, la metáfora y el simbolismo aplicando un estilo propio nunca antes visto.

Muerte de un avaro, el Bosco.















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